Ayer, acudiendo a la llamada de nuestro querido Santiago Solano, quien se ha ganado definitivamente el título de Flautista de Hamelin; volvimos a Burujón.
Es la tercera vez que entramos en el corazón de este pueblo y nos contagiamos de su magia.
Burujón está lleno de poesía; sus calles, sus niños, su gente. Esa gente que se permite preguntar aquello de si el poeta debe nacer con la poesía puesta, para poder escribir… ¡que ironía!.
Sobre las 11 de la mañana, llegamos Manuel y yo a Burujón y tras tomarnos un café para respirar hondo, nos dejamos llevar por la flauta mágica de Santiago, que nos arrastró hacia la plaza, donde los niños pintaban el suelo con la sonrisa de quien sabe que no va a ser reprendido.
Santiago de Hamelin, estaba ya sentado en una de las mesas, que reservó para escribir cuentos a aquellos niños que trajeran sus dos palabras mágicas.
Confieso, como nuestro amigo Javier Ribas, mi miedo escénico para este examen, al que nunca antes me había presentado ; sobre todo por aquello de que los cuentos no es lo mío —al menos no los escritos-.
Santiago se había lanzado ya a pedir palabras mágicas a los niños y en justa respuesta, le cayeron del cielo nada menos que “Dinosaurio” y “Dragón”… Ahí queda eso.
Nos pegamos a él, para ver cómo salía de aquella. Innecesario decir que sacó el cuento adelante y además con gran encanto. Y a mí me dejó claro que lo importante no era escribir, sino hacer que los niños pusieran en marcha su hechizo.
De pronto se acercó una niña que me dijo si le escribía un cuento. Y todo empezó a fluir como por encanto.
Después de dos o tres cuentos, me llegó alguien especial, que me dio sus dos palabras:” libro” y “helicóptero”. Comenzamos a escribir el cuento y al terminar, abrió sus ojos con agradecimiento y me dijo: “—yo escribo poesía, ¿quieres que te escriba una?”…. Creo que no hace falta contar más.
Éste es el poema de Adrián. No tiene mas de doce años:
El cariño
El cariño,
el cariño no puede ser,
el cariño se perdió.
También estaba el amor y cariño,
el amor se undió
y el cariñol se perdió, y
entonces volvió el cariño.
El resto de la jornada es fácil de imaginar, si creéis en la magia.
Gracias Burujón. Gracias Santiago
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3 comentarios:
Y gracias a ti, compañera, por permitir que vivamos juntos todas estas cosas.
Qué salao el niño!! jejej. Ais que pena no estar, en fín, gracias por compartir el sentimiento.
Y si es cierto que te pasas por mi blog, a ver cuando me echas una firma :p
Besos
Gracias Rosa por estar aquí, al borde de este acantilado de sueños... y por compartirlo, claro.
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