jueves, 6 de mayo de 2010


No te lo quise decir antes
porque no se habría entendido igual,
pero....

la última vez que pronuncié tu nombre,
comenzó a derretirse
la bóveda de mi estructura
y las neuronas se lanzaron cuesta abajo
en un derrape sin control
hacia mis piernas,
al mas alto nivel Fórmula 1.

Y es que... hay que ver
como me inquieta este empeño en amarte.