lunes, 22 de abril de 2013

STIPENDIUM PECCATI



 “STIPENDIUM PECCATI MORS EST”

(“El precio del pecado es la muerte”)

DR. FAUSTUS  (Christopher Marlowe)





- “¿Qué quieres?”

- A ti

- “¿Cómo me reconocerás?”

- Por tus dudas

- “¿Y yo?”

- Por mi rabia

- “¿Cuándo?”…



Fallece al cruzar las vías del tren.

Sus últimas palabras fueron:



- “Está rojo ¿verdad?”

11 comentarios:

Jesús Arroyo dijo...

Mira que te gusta romper al final de cada poema.
Bien!!!

David Gutiérrez dijo...

Qué bien ha quedado. Qué fuerza. Gran final escueto, corto, sencillo y derechísimo.
Le has "dao" en el clavo.

Enhorabuena, me encanta!

Muchos besos

Unknown dijo...

¡Esa síntesis tan tuya! Definitivamente, poesía eres tú,
mientras claves como clavas tu pupila rosa.

carmen fabre dijo...

Qué impacto... Me voy a reponer.

Un abrazo.

© José A. Socorro-Noray dijo...

¡Qué sería de nosotros sin las dudas!


Un abrazo.

Mila Aumente dijo...

Qué trágico. Nunca me gustaron las vías del tren. No así este poema que me parece de lo bueno, lo mejor.

Besos.

Alejandro Pérez García dijo...

Querida Rosa, nunca vi con tan pocas palabras una secuencia tan larga, tanto que traspasa la frontera de la vida. Y además, si esto fuese poco, en un escenario que contiene una metáfora de situación: las vías del tren, que por muchas noches que pasen juntas nunca se juntan, nunca se besan. Si así fuese, no sería por bien; quizá porque alguien, en un estado de dudas, no interpretó el semáforo.

Muchos besos.

Mari Carmen Azkona dijo...

Cada vez que entro en tu blog, recuerdo esa frase de Forrest Gump que dice. “la vida es como una caja de bombones, nunca sabes qué te va a tocar. Esa misma sensación de saber que voy a encontrar algo delicioso, pero que, por tu búsqueda de la originalidad, del verso singular y personal… no sé de qué esencia será me acompaña siempre.

Como esta vez, conciso, impactante… directo al centro de las emociones. Todavía no me repuesto del escalofrío que recorre mi cuerpo. Felicidades, cielo.

Besos y abrazos.

Manuel dijo...

Vengo a sumarme a este coro. Lo depuraste hasta dejarlo en los huesos, que son lo que queda cunado todo se acaba.

Y así resultó lo que en realidad es.

Siempre me queda la duda de si a "ella" no le sonaría el móvil en el último momento... Queda para la siguiente.

Un beso, maestra.

Unknown dijo...

Uf! me ha dejado pasmada.
Me gusta.
Un beso enorme, querida Rosa.

Enrique Gracia Trinidad dijo...

Hay que ver qué cosas escribe la niña Rosa.
Pasé por aquí y decidí dejarte un beso