viernes, 11 de enero de 2013

DESHAUCIO












No hay primero sin segundo
ni terceros sin ganancia.
No hay cuarto que esté a la altura.
ni quinto que dé la talla.

No hay quien pare la avaricia
ni el dolor de casa ajena.
No hay sexto que aguante vivo
más allá de la azotea.

No hay ático sin sufragio.
No hay medalla
                     sin su muerto

12 comentarios:

Jesús Arroyo dijo...

Rosa:
¿Me permites que hoy no haga comentario sobre el poema?
Lo haré sobre el tema y es que me parece, en la mayoría de los casos, tan cruel por parte de "los que mandan", los que nos han metido en esta crisis, los que asesinan a diario (sí, digo asesinan porque ¿no es un asesinato despojar de la forma de vida?). Con la pasta que nos roban (a todos)...
Venden la hipoteca de forma atractiva... Cuando el interés estaba a un 17% (mi primera hipoteca fue así) si no podías pagar te quitaban la casa y deuda finiquitada. Bajaron (por ley) los intereses y comenzaron a "asesinar". PAgue usted un interés de un 4% que si mañana no puede pagar le quitaremos el piso, le cobraremos el 100% de la deuda y venderos su ex-vivienda a precios de mercado.
Y yo me pregunto:
Esta gentuza ¿cómo no está entre rejas ya? Ah, que son los que enriquecen un país...
Hoy, cuando se ponga el sol, nuevas familias estarán con el colchón bajo un puente.
Por cierto, una pregunta, ¿Botín está mas gordo, verdad?

Laura Caro Pardo dijo...

La avaricia es imparable... por desgracia.

Me quedo pensando en ese "no hay medalla sin su muerto"

Buen poema, como siempre.
La esencia que duele y agita.

Un abrazo grandote.

carmen fabre dijo...

El final es conmovedor por su crudeza.. es así.

Gracias Rosa. Un abrazo grande.

Maria Sangüesa dijo...

Impresionante, también me quedo con los dos últimos versos, con su implacable crudeza. Un beso.

Manuel dijo...

Sabroso poema para comentar. Jesús mete el dedo donde casi no cabe.

Ellos, los perros del poder, obedecen la orden de quienes los mantienen a salvo de la quema. Ellos son la mano que ejecuta, no el juez que discta la sentencia. No por ello más inocentes.

Ellos tratan de sumirnos en el miedo, el la desesperanza, en la resignación, en el abandono.

No se puede luchar contra esto recogiendo firmas porque ellos siempre malversarán nuestros esfuerzos. Jugamos con las escasas reglas que nos han dejado y, esas, nunca recaeran sobre sus cabezas.

Así que habrá que atreverse con otros medios bastante menos civilizados.

Enrique Gracia Trinidad (EGT) dijo...

Lo he comentado en privado. Me parece un gran poema. me sumo a las alabanzas.

Mila Aumente dijo...

Muy buen poema, Rosa.Inspirado y basado en una tristísima realidad.

Un besito.

Nines Díaz Molinero dijo...


Poema con miga y con unos versos finales tremendos. Me sumo a las alabanzas.

Un beso, Rosa.

Angeles Fernangómez dijo...

Un buen poema, vaya que si. Me ha encantado ese juego de: “ni quinto que de la talla“ muy ingenioso, amiga.

Angeles Fernangómez dijo...

Un buen poema, vaya que si. Me ha encantado ese juego de: “ni quinto que de la talla“ muy ingenioso, amiga.

Angeles Fernangómez dijo...

Un buen poema, vaya que si. Me ha encantado ese juego de: “ni quinto que de la talla“ muy ingenioso, amiga.

Rosa María dijo...

Desahucio: Definición que me hiere en la posición de rabia y gritando: ¡justicia!. Gracias por llevar tu poema a lo más cruel que pasan muchas familias por la tropelia de una economía mal gestada de unos imprsentables que se llaman(ellos mismo) redentores de pueblos.
Un abraciño,
Rosa María Milleiro
http://poemas-rosamariamilleiro.blogspot.com.es/