Nada pudo impedir que Manuel mezclara con los dedos hielo y poesía, dejando su señal de identidad en una noche mágica, en la que Montse —“novia del desierto y de sus noches” — leyó con “rubor de arena” recordando a las estrellas del Sahara que “no hay desnudez más grande que la suya”. 
El pacto de Manuel con el diablo hizo que esa noche su silla, la de Montse y casi todas las del Café Libertad, estuvieran más que llenas: amistad, admiración y mucho cariño ocuparon su sitio, al lado de todos los que estuvimos allí disfrutando de la poesía de ambos.
Todo a
compañó: lugar, poetas de la noche… amigos y el cartel creado para la ocasión por uno de nuestros artistas favoritos, Gonzalo del Pozo, que por si fuera poco, se prestó a poner el mejor ambiente, con la música elegida para la ocasión, y nos hizo vibrar, aún más, al ritmo de los versos.
Sobran las palabras, cuando las imágenes son la prueba más fiel de
los momentos vividos. Así que, como entremés del adorable video que grabó Santiago Solano y que Manuel encontrará, a buen seguro, la manera de hacéroslo llegar más pronto que tarde, os dejo sus sonrisas, su emoción y el deseo de hacer de la poesía el mejor arma, para no olvidar que aún queda mucho por decir y buenos poetas para contarlo.