Era tan hermoso, que escondía sus facciones a pintores sin coherencia, a vendedores de aire, a redentores corruptos.
Tan hermoso, que los
reyes sin fortuna le eligieron como amante, para salir en la foto.
Tanto, que le robaron los dientes para comerse al más
débil.
Tan hermoso que se escapó de este mundo para no alterar el
orden, como escapan los que no han dejado huella.
Era tan hermoso, que
alguien le impuso silencio
administrativo
y no llegó a nacer.
8 comentarios:
Una parábola perfecta, Rosa.
Un beso grande.
¡Toma! Pasarse suele producir el efecto contrario.
Me encanta el desarrollo de la parábola.
Guau, menudo trallazo compañera.
Un abrazo gigante!
Estás que te sales, Rosa. ¡Qué bien! Me encanta ese ritmo disimulado en versículos. Y la idea, claro.
De ahí el misterio que reviste la esperanza: aún no ha nacido.
Pero quien tiene prisa. De momento queda aquí el anuncio de este nítido poema para que, quien quiera asomarse, pueda reflexionar.
Me parece muy bueno y, sobre todo, con algo que tantas veces echo de menos: conciso, sin adornos inútiles.
Un beso, mi chica...
Misterioso y bello. Felicidades. Un beso
Me ha gustado como escribes
Me ha gustado descubrirte
Felices pascuas!
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