¿Y DESPUES…?

Es difícil salirse de sí mismo para expresar sentimientos; tanto, como ser objetivo…

Aun quedan las imágenes de la hora vivida en el Café Libertad el pasado jueves. Fue corta –seguro que no supimos hacerla mas larga- pero tan intensa que necesito seguir saboreando cada uno de sus minutos, para no perderme ni uno solo.

Deseo daros las gracias a todos los amigos, familia y acompañantes que tuvisteis el valor de venir; algunos incluso, sin saber nada de nosotros, que ya es ser valiente…

Sería difícil nombrar a todos, pero os aseguro que me queda el recuerdo dulce de cada abrazo.

Sí me perdonaréis que haga alguna excepción y agradecer a Enrique y Sol que cambiaran uno de sus compromisos laborales para poder acompañarnos, además de regalarnos (nuestro Maestro) una entrañable presentación, como solo él es capaz de hacer.

Maestro Enrique Gracia (las tres con mayúsculas), creo que la emoción no me dejó agradecerte tantas cosas hermosas como fuiste capaz de contar de esta pareja de “impresentables” (adorables, eso sí), que lo mejor que tienen es haberte leído y escuchado tantas veces en el taller. Gracias con reverencia obligada.

Y a Carlos Ceballos que, por ser tan buena gente, le cayó el marrón de estar a los mandos del equipo de sonido, pidiéndoselo con apenas diez minutos de antelación. Gracias Carlos: estuviste genial y si el sonido no fue todo lo bueno que desearías, nada tuviste que ver, te lo prometo.

Me gustaría nombrar , uno a uno, a todos los que nos apoyasteis, pero esta entrada sería interminable, aunque sí quiero deciros que cada mirada, cada sonrisa, cada gesto de solidaridad con nosotros y nuestros textos, fueron nuestra única excusa para sentirnos tan bien… el resto salió por sí mismo.

Os dejo algunos momentos de la noche, con las fotos que hizo mi querido Manuel, a quien no agradezco aquí —para no parecerme a Pimpinela, como diría, con tanto cariño, Solateras— tanto como debería, su dedicación, su paciencia y el cariño que puso a todo lo que nos rodeó ese día.

Para los que no pudisteis ir pero quisisteis hacerlo, en los próximos días colgaremos trocitos del maravilloso video que, sin verlo, sé que nos hicieron Enrique y Sol y así al menos os llegará más vivo el calor de la noche.

Por último –que obviamente no es el último-, de Gonzalo ¿qué decir?... Alguien comentó que una de las cosas más atractivas de la lectura fue la complicidad de ambos, que dejaba ver un gran cariño… Pues creo que eso fue todo; que nos queremos tanto desde hace tanto tiempo, que cualquier encuentro siempre es entrañable y con cierto toque mágico. Nos debíamos este encuentro poético juntos, porque juntos hemos vivido en este loco mundo de la poesía, algunos de los momentos mas hermosos…

¿Y después… ?

Después arrancará de nuevo nuestro sidecar el próximo 3 de febrero con Marina Tapia y Carlos Ceballos.

Os esperamos. Gracias con todo cariño.